Prometo no hablar de ello

27 septiembre 2019

Tienes que gustarte a ti misma

Hace tiempo que desconfío del consejo de que las mujeres tienen que maquillarse y vestirse para gustarse ellas mismas, no para gustarle a los hombres. Esta propuesta contiene una pregunta fundamental: ¿cómo sabe una misma qué es lo que le gusta más? Pero continuemos.

Los razonamientos pueden interpretarse libremente de muchas maneras. Si le dices a una chica que lo que tiene que hacer es maquillarse para gustarse a sí misma, no para gustarle a los hombres, un primer impulso podría ser alejarse de lo que le gusta a los hombres para que nadie se confunda, no queremos que alguien piense que te maquillas para ellos... Pero esto también sería un problema porque, ¿realmente eso me gusta? o, ¿qué es eso que debo evitar que les gusta a los hombres? (pista: No todos son iguales).

No porque te guste el verde te vas pintar la cara entera de verde, sino que buscarás modelos fuera. Si le dices a una chica que lo que tiene que hacer es maquillarse o vestirse para gustarse a sí misma, entonces intentará parecerse a uno de sus modelos externos aprendidos, que pueden ser modelos inalcanzables, estereotípicos. Si hablamos de una mujer normal, con sus defectos y asimetrías, nunca conseguirá parecerse a su imagen soñada, y será infeliz. O podría intentar autoengañarse, pensando que ya lo ha conseguido, y la vuelta a la realidad puede ser aún más frustrante.

Este tipo de mensajes, como el de "Sé tú mismo", que parecen encerrar una gran verdad y guiarte fácilmente en las decisiones vitales, son tan difusos y, paradójicamente, dependientes de referencias externas aprendidas, que el resultado de seguirlos puede degenerar en cualquier cosa, según la forma en que cada persona crea que debe expresarse en ese momento de su vida.

Yo sí pienso que, aparte de a sí mismas, las mujeres sí que quieren gustarle a los demás, y buscan que aquellas personas que ellas quieran les digan lo mucho que les gusta verlas así. Y para adaptarse socialmente una puede imitar aquello que le gusta a los demás o esperar que a los demás les guste lo que ella haya elegido. Esta disyuntiva se nos presenta continuamente en la vida en sociedad, como al escoger trabajo o amistades, y la solución más razonable no parece ser irse a los extremos a menos que seas alguien excepcional.

En mi opinión, la clave consiste en armonizar tus gustos actuales con la imagen que le guste a quien tú quieres (ojo que tampoco es fácil saber qué le gusta a los demás, si a veces no lo saben ni ellos, hay que probar). Reconocer que tus modelos provienen de fuera te da flexibilidad y libertad: Si sabes que estás y siempre has estado influenciada y condicionada a la hora de elegir, no será tan difícil adaptar tu imagen a lo que necesites en cada momento e incluso aprender a gustarte con una nueva apariencia. La identidad no hay que buscarla dentro, puedes construirla tú misma probando nuevas cosas que pueden gustarle a nuevas personas, incluyendo a los hombres a los que quieras sorprender, por supuesto. ;-)